Romanos 1.18-21
Observe las delicadas venas de una hoja de roble y experimentará la belleza de Dios. Contemple una poderosa tormenta eléctrica y será testigo de su poder. No necesitamos mirar más allá de la naturaleza para entender que Dios es real.
Pablo nos dice que la revelación del Señor en la naturaleza es suficiente para dejar sin excusa a quienes niegan su existencia (Ro 1.20). Pero la naturaleza no puede darnos un cuadro completo; por eso Dios nos dio su Palabra. La Biblia revela el carácter de Dios y explica sus expectativas para los fieles. En sus páginas podemos aprender sobre nuestro Padre y el tipo de vida que Él quiere que llevemos. Como dice 2 Timoteo 3.16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
La Biblia enseña sobre la Palabra viva —Jesucristo— quien es la revelación más completa de Dios. El Padre celestial quiere que la humanidad lo conozca de manera personal, y para hacerlo posible, envió a su Hijo revestido de carne. El Señor Jesús dijo: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto” (Jn 14.7). Por tanto, deje que la grandeza de la creación le señala al Creador, y luego, para conocer a Dios más y mejor, pase tiempo cada día en su Palabra.